martes, 18 de enero de 2022

Barry Hoden - Im Weltall hört dich keiner grunzen

Descubrí a Ralf König viviendo en Hannover cuando fui a una exposición con Nuria (¿o fue con Dani?) al Museo de la caricatura y el dibujo. En realidad creo que ya había visto algún dibujo suyo, pero creo que ahí fue donde me empecé a obsesionar un poquito con su obra.

Este ha sido el segundo comic de Ralf König en lo que va de mes. Si el de Lucky Luke me lo leí del tirón, con este sí que he tardado un poquito más. Me lo empecé el sábado y me lo he terminado hoy mientras comía. Pero no porque me gustara menos (que, de hecho, me ha gustado aún más), sino porque es bastante más largo.

Me ha gustado bastante el comic: las dos historias (es un poco meta toda la hstoria), los dibujos y que está lleno de sexo por todos lados. Además, todos los nombres juegan con dobles sentidos (más basicos que un bocata de escombros, vale, pero dobles sentidos al fin y al cabo) y bueno, se puede decir que tiene un final abierto, pero es un final más o menos feliz. Así que ya estoy esperando la continuación. Vamos, que ya sé en qué me voy a gastar parte del próximo sueldo y me da que al final me voy a tener que comprar una estantería que me ocupe toda la pared del salón solo para tener un estante dedicado a Ralf König. Pero eso es otra historia.

Recomiendo el cómic al cien por cien y no sólo a sodomitas salidorros como yo. También a sodomitas que no estén salidos (que de todo hay en la viña del Señor y están representados en la serie de Conrad & Paul) e incluso a heteros abiertos de mente a los que no les importe ver campos de nabos por hay copulando entre sí y a escritores fumando porros para inspirarse.

Momentazo inesperado: los machorros con tres penes ¡qué maravilla!

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