miércoles, 30 de marzo de 2022

Eternals

Cuando todavía estaba embaraza (creo que fue antes de Navidad) me dijo Ana que había ido al cine con Víctor a ver Eternals y salieron echando pestes: que si era muy lenta, que si era muy aburrida, que si Angelina Jolie no pinta nada y sólo sale un minuto y tiene dos frases, que si era damasiado políticamente correcta, que si tal y que si cual. Así que yo - que era la primera vez que oía que la película existía - ya de primeras no tenía muchas ganas de verla. Pero Jörg tiene Disney Plus y hay que amortizarlo.

Justo el jueves antes de irme a Helsinki me fui a Lüchow a ver a Jörg y empezamos a verla, pero su internet no quiso que la terminasemos de ver y el finde pasado vimos la última hora. A ver, la peli es larga y no es la típica peli de Marvel que uno se espera. Pero como me la pusieron tan mal pues es el caso es que no me ha disgustado. Es una peli para pasar el rato y a lo mejor el hecho de haberla partido en dos (de forma involuntaria, eso sí), pues también ayudó. Pero si alguna vez hacemos uan maratón de películas de spuerhéroes con Susanne, me da que no estará en la lista de películas que ver por segunda vez.

Lo bueno es que seguramente no haya una segunda parte porque diez superhéroes son demasiados para una sola película a menos que sea Los Vengadores o te llames Zack Snyder y hagas maravillas de cuatro horas y media que dejan con ganas de otras cuatro horas y media más. Eternals no deja con ganas de más, pero tampoco es tan mala que haya que suspenderla.

Die letzte fünf Jahre

Hará como un par de meses me preguntó Sascha si quería ir a un musical con él y Sonja, pero el musical era justo cuando yo estaba en Helsinki, así que le tuve que decir que no. Por suerte para mí (pero por desgracia para Sonja), lo pospusieron hasta el viernes pasado por enefermedad de algún actor. Pero como en el trabajo de Sonja hay ahora mismo mucha gente con corona, ella decidió que no iba a ir y Sasacha me preguntó si yo quería ir en su lugar. 

Me gustó mucho. Me gustó volver a un teatro pequeñito (a lo mejor éramos un cincuenta espectadores), me gustó la escenografía (todo el escenario consistía en cuatro cajas y una pared negra que en parte estaba pintada al principio, y en parte iban pintando a lo largo de la obra), me gustaron los dos cantantes (sobre todo ella, que tenía un vozarrón) y las dos instrumentistas (sobre todo la pianista, que además creo que era la directora musical), me gustó como solucionaron los problemas técnicos (al principio un micrófono hacía ruido y cuando terminó la canción, la pianista se levantó, pidió perdón, lo arreglaron y volvieron a empezar desde el principio), me gustó que solo cantaban (eso sí, para mí es más difícil entender si sólo cantan que si también hablan), no me gustó la historia (es la historia de una pareja desde que se conocen hasta que se separan cinco años después, nada original) pero sí me gustó la originalidad de cómo la contaron (ella canta la historia de atrás hacia adelante, es decir desde la sepración hasta que se conocen y él la canta en orden cronológico, solo cantan juntos y se encuentran las dos versiones de la historia en la boda).

Definitivamanete me gustó bastante, la recomiendo sin dudar.

Eva, de Arturo Pérez-Reverte

Por poco se acaba el mes de marzo y yo sin publicar tres entradas que tengo por escribir. Pero es que he estado una semana en Helsinki de Fortbildung con Erasmus y la vida se ve de otra manera después de viajar en condiciones. Casi se me había olvidado cuánto me gusta viajar solo (y en compañía también) como cuando fui a San Francisco que al principio me acojoné un poquillo porque no sabía si me gustaría ir solo y volví flipado y conociéndome un poco mejor. Pero bueno, al lío, que he venido a hablar de mi libro.

En las navidades de 2020 que estuve solo una semana en Córdoba para guardar cuarentena al volver (que luego no sirvió de nada porque no volvimos a las clases hasta casi tres meses después) vi el libro "Falcó" de Pérez-Reverte en la librería y me lo compré porque estaba en plena vorágine de volver a leer. Ése me gustó, así que estas naviaddes me compré la segunda parte: Eva.

Menudo tostón de libro. Me lo terminé en el avión a y de Helsinki y porque estaba solo y aburrido, pero el libro es muy aburrido. Si la primera parte tenía giros inesperados y nadie era lo que parecía (menos el protagonista, que es bastante plano), esta segunda parte es como Schleschwig-Holstein, que ves las cosas venir desde tres días antes de que sucedan. Además, no sé porqué pero cuando me imaginaba la protagonista sólo veía la imagen de Pérez-Reverte, así que cuando lo describía someramente y no era como él me chirriaba bastante. Y el final es tremendamente predecible, y más sabiendo que hay una tercera parte.

Es quizá el primer libro del año que no recomiendo (pero me da que el que me estoy leyendo ahora tampoco lo voy a recomendar).

martes, 8 de marzo de 2022

Miss Merkel, de David Safier

 Hace un par de años en un amigo invisible de llevar trastos llevé una taza y un libro de David Safier (Mieses Karma) para regalar. No solo me llevé una freidora, sino que me traje de vuelta la taza y el libro. Así que decidí que el destino quería que me lo leyera. Y me encantó. No hace mucho vi este otro libro del mismo autor y no me pude resistir, así que me lo compré.

Me lo he leído en cinco días, teniendo en cuenta que ha habido un fin de semana de por medio (no puedo leer los fines de semana, es lo que tienen las relaciones a distancias, que los pocos momentos que estamos juntos no se dedican a leer), me lo he leído casi en tres sentadas, que para ser un libro en alemán es bastante rápido.

No sé si me ha gustado más o menos que Mieses Karma, pero ya no existe la novedad del estilo del autor, así que a lo mejor ha sido eso. El caso es que me ha gustado mucho. Además imaginarme a Angela Merkel jugando a los detectives en la pampa alemana es un extra. Y eso de Angela Merkel y Joachim Sauer llamándose Puffel y Puffeline el uno al otro es tan surrealista que no puedes sino reírte.

No es un libro para reflexionar ni nada de eso, pero tiene puntos bastante graciosos (de los de reírse a carcajadas), pero creo que es un humor bastante alemán. A lo mejor me estoy alemanizando y por eso me ha gustado. Aunque Jörg me dijo que no le hizo mucha gracia, pero me voy dando cuenta poco a poco de que no tenemos los mismos gustos ni de lejos.

jueves, 3 de marzo de 2022

In from the cold (Netflix)

 El viernes pasado no tenía muchas ganas de nada, así que me puse a ver qué había en Netflix. Vi que esta serie sólo tiene ocho capítulos de tres cuartos de hora y pensé "si no es buena, al menos echo un par de horitas lobotomizado y si es buena, en seis horas me la quito de en medio". Me la quité de en medio en seis horas.

Me gustó mucho. A lo mejor porque la ví en inglés y de verdad que necesito ver cosas en inglés, que se me esta olvidando y como el año que viene me den alguna clase de inglés, que espero que me la den, lo voy flipar. A lo mejor es porque está ambientada en Madrid (de casualidad) y Madrid es para mí esa ciudad que para muchos es Nueva York (ese lugar en el que uno sueña con vivir, pero en el que nunca ha vivido y si lo hiciera, quizá acabaría odiándo). A lo mejor es por la trama, tan imposible que revienta por todos lados, pero todas las telenovelas lo son. O no sé por qué, pero me gustó. 

Ya ha pasado una semana desde que la ví y no he podido sentarme hasta ahora a escribir, pero el hecho de que después de esta semana (que menuda semanita) no se me haya olvidado escribir sobre la serie, quiere decir que me ha calado. A ver, no es la mejor serie del mundo, pero la recomiendo.

Trata de una mujer que viaja con su hija a Madrid y la secuestra la CIA (a la mujer, no a la hija) para que les haga un trabajito porque en realidad esa abnegada ama de casa, amorosa madre de familia es una ex-espía rusa. Que en Madrid no hay solo sol y toros, también hay secuestros de la CIA con eróticos resultados. No cuento más de la trama porque es desvelar mucho, pero sí que es verdad, que en mi opinión personal a esa hija le falta un bofetón hervor.

Cookys, de Werner Köhler

 Hay películas que son buenas, pero un mal final las fastidia del todo, haciendo que se te quede un sabor de boca muy amargo. Con este libro pasa todo lo contrario. El final es muy bueno, increíblemente bueno; pero el resto del libro bastante menos.

Me lo prestó Jörg y me dijo que es el único libro que se ha leído casi del tirón, que es un libro buenísimo. A mí la verdad es que me ha costado bastante avanzar. Normalmente espero a que llegue la tarde para leer un rato. Mientras me lo he estado leyendo, he preferido hacer otras cosas en vez de leer.

Me gustan los libros que cuentan historias personales. Prefero los libros en primera persona. Este libro es personal y está escrito en primera persona, pero no me enganchó hasta que el protagonista llegó a Italia y descubrió la cocina italiana. Eso es más o menos a mitad del libro y hasta llegar ahí, hay que rascar bastante.

El libro trata de un cocinero y de cómo es su juventud, cómo llegó a abrir su proio restaurante y de la gente que conoció por el camino, pero también de la que dejó atrás. Y también de la gente que trabaja en su restaurante que son todos como una familia de las que se eligen. 

Es un libro difícil (o al menos a mí me lo ha parecido) porque mezcla varios planos temporales (aunque te avisan en todo momento) y yo me he líado con tanto nombre. Aunque también tengo que decir que me acabo de leer el último 40% del libro del tirón. 

Me quedo con un fragmento del final cuando Cooky, el protagonista, está hablando con Pete, un amigo de su juventud que sigue siendo su amigo, y Pete le dice:

Wieso öffnest du dich nicht mal? Selbst wir als deine Freunde, haben es nicht leicht mit dir (...) Du bewirst uns fürstlich, nimmst niemals Geld, bezahlst auch schon bei jeder Gelegenheit, du organisierst den Laden, den Fußballclub und hilfst jedem, aber du redest nie mit uns. Ich weiß nichts von dir. Wie sieht es in Cooky aus? (...) Es wäre einfach nur viel schöner, du würdest dich mal in Ruhe zu uns setzen und ein bisschen was von dir preisgeben. Vielleicht merkst du es ja gar nicht, aber du kommst rüber wie eine große unbezwingbare Burg, und das hat zwei Nachteile. Niemand kommt an dich ran, aber noch schlimmer, du kommst auch nicht raus.